Pocos saben que la Administración Penitenciaria tiene sus propias unidades caninas. La verdad es que es reciente, el proyecto piloto comenzó en el año 2018 en el centro penitenciario de Burgos con el adiestramiento de las perras Nala y Shasa.
El objetivo es prevenir y evitar la introducción y el consumo de droga en prisión, consecuencia del deber que tiene la Administración Penitenciaria de velar por la salud de las personas privadas de libertad. No obstante, además de la detección de drogas, muchos de los perros también han aprendido a detectar teléfonos móviles, objetos cuya posesión está prohibida en el interior de las prisiones.
En las actualidad son 23 establecimientos penitenciarios los que cuentas con su propia unidad canina. Para acceder a estos puestos de trabajo se debe realizar el curso de formación de guías caninos que imparte la propia Administración Penitenciaria.
¿Te gustaría acabar trabajando en una de estas unidades caninas? Primero hay que aprobar la oposición, si quieres que te ayudemos a conseguirlo, puedes ver en este enlace nuestra metodología formativa. Si te gusta, no te cortes y solicítanos una clase gratuita sin compromiso alguno. Estaremos encantados de informarte.